¡Hola! ¿Cómo están? Soy Juli, psicóloga y vocal coach. Creadora del Método B-Voice (ser vos/z), método que combina la psicología con el canto. Y por eso hoy te vengo a contar un poco de qué se trata esta curiosa combinación entre el canto y la psicología…
Seguramente, te habrás dado cuenta de que cada voz es única y que nadie habla o canta igual a vos. Pero, más allá del factor biológico, que tiene que ver con nuestras cuerdas vocales y nuestra anatomía en general, que hace a nuestras voces únicas, hay una razón por la cual nuestra voz es como es…
Si te pones a pensar, hay personas que hablan muy fuerte y hay personas que hablan muy bajito. Hay personas que hablan muy rápido y otras que hablan más lento. Personas con voces más graves o “ásperas” y personas con voces más suaves y tranquilas. Voces quebradizas y voces más “estables” …
Pero… ¿Qué es lo que define cómo es nuestra voz, además de nuestra biología? Después de conocer y trabajar con tantas voces, me puse a pensar en lo que llamo, el motivo psicológico detrás del cómo hablamos…
Y para explicar este concepto, te voy a contar un ejemplo de una alumna que llegó a clases de canto hace unos años, con un escape de aire en la voz. Ella hablaba con una voz aireada y bastante fuerte, con un volumen alto, y se la escuchaba hacer mucho esfuerzo al hablar. Cuando le expresé esto que notaba, me contó que le habían diagnosticado nódulos en sus cuerdas vocales, que justamente le habían salido por abuso vocal. Por si no sabes qué son los nódulos, son como si fueran granitos en las cuerdas vocales que se tratan, son justamente los responsables de que la voz se escuche aireada. Entonces, en una de las clases indagando sobre su voz, me deslizó que ella siempre habló fuerte “para sentirse escuchada, porque si no, sentía que no la escuchaban”.
Resulta que ella era la menor de 5 hermanos y, muchas veces en esos casos, la atención está dividida en cada hermano, entre otras cosas, por lo cual, ella sentía que tenía que hacer un gran esfuerzo para que la escuchen, es decir, hablar fuerte. En el fondo, había una parte de ella que sentía que no era escuchada y por eso, la necesidad de alzar su voz. Ese era su motivo psicológico.
Nuestra voz resulta ser una extensión de nuestra personalidad. Por eso es que nuestra voz puede darnos grandes pistas sobre nuestra identidad y personalidad. Con los años, me convenzo más y más de que cantar puede resultar ser un vehículo súper interesante a través del cual podemos conocernos en profundidad. Una herramienta que nos ayuda a identificar estas creencias que tenemos sobre nosotros mismos, algunas de las cuales nos llevan, muchas veces, a sentirnos angustiados y a actuar de manera que nos limita nuestro crecimiento, alejándonos de nuestra autenticidad. Al identificar estas creencias, podemos trabajar en transformarlas en creencias más posibilitadoras, creencias que nos ayuden a evolucionar, a acercarnos a nuestra autenticidad y a alcanzar nuestras metas.
Cantamos como somos. Toda nuestra personalidad se cuela en nuestra voz. Y cuando trabajamos con ella, tenemos la posibilidad ir tirando de este “hilito imaginario”. Para acercarnos al centro de nuestra esencia, de nuestras creencias más estructurales, a la esencia de nuestra vos/z.
Y por esto cantar es tan terapéutico, porque implica un conocimiento propio a través de la voz, porque cantamos como somos.